¿Qué es el vitíligo?

El vitíligo se caracteriza por la pérdida de melanina, que crea máculas blancas.

El vitíligo es una enfermedad que se caracteriza por pérdida del pigmento de la piel, de tal manera que se crean áreas blanquecinas que suelen ir aumentando de tamaño con el paso del tiempo.

El vitíligo afecta al 1,5 % de la población mundial y puede manifestarse en la piel de cualquier parte del cuerpo, incluso en las mucosas de la boca y en el pelo.

El vitíligo sobreviene cuando las células que producen melanina mueren o se vuelven inoperantes. Afecta a personas con cualquier tipo de piel, aunque es más común en razas con más pigmentación. No es una enfermedad grave ni contagiosa, pero tiene efectos muy visibles, y puede fomentar inseguridades por estética o generar trastornos más de orden psicológico. Es más común en mujeres, y concretamente en la franja entre 10 y 30 años, aunque también puede aparecer en otras edades y en hombres.

Generalmente tiene una causa desconocida, aunque hay estudios que indican que en algunos casos puede estar inducido por fármacos. Con todo, esta sería una pequeña proporción de los casos.

Hay tratamientos para el vitíligo que logran restablecer el color de la piel afectada. Sin embargo, no es posible prevenir que siga perdiéndose color en la piel o que se produzcan recurrencias.

Sintomatología y manifestaciones según el tipo de vitíligo

Los síntomas más característicos del vitíligo son:

  • Pérdida irregular del color de la piel. Suelen aparecer manchas blancas despigmentadas en manos, rostro, aberturas, pliegues y genitales como consecuencia de que en esas zonas ya no existen melanocitos. Se requiere un especial cuidado frente a las quemaduras solares, por lo que se aconseja utilizar protección solar en la piel despigmentada. Es muy recomendable la aplicación de fotoprotectores.
  • Despigmentación en las membranas interiores de boca y nariz.
  • Afecciones capilares: emblanquecimiento prematuro del pelo, pestañas, cejas, bigote y barba.

Estas son las manifestaciones más frecuentes según el tipo de vitíligo:

Vitíligo universal: afecta a casi todas las superficies de la piel, donde se manifiesta una pérdida de pigmento generalizado.

Vitíligo generalizado: es el tipo más común y las manchas despigmentadas suelen presentarse de manera homogénea en las diferentes partes del cuerpo, con cierta simetría.

Vitíligo segmentario: suele presentar máculas en disposición lateral o parcial, con una distribución determinada. Por lo general, se manifiesta a edad más temprana, progresa durante un periodo de uno o dos años y luego se interrumpe.

Vitíligo focal: las manchas se localizan solo en una o algunas áreas del cuerpo, por lo general no son muchas ni de gran tamaño y se pueden ubicar en cualquier área.

Vitíligo acrofacial: las manchas despigmentadas se localizan en rostro, manos, y en la región facial, más habitualmente en torno a ojos, nariz y orejas. 

El vitíligo se produce cuando las células productoras del pigmento que da color a piel, pelo y ojos (los melanocitos) cesan de generar melanina o mueren. Es más común en mujeres, concretamente entre 10 y 30 años, aunque también puede aparecer en otras edades y en hombres. No es una enfermedad grave ni contagiosa, pero tiene efectos muy visibles.

Causas del vitíligo

El vitíligo tiene lugar porque las células productoras del pigmento que da color a piel, pelo y ojos (los melanocitos) cesan de generar melanina o mueren. El motivo por el que se deja de sintetizar melanina no es bien conocido, si bien podría estar vinculado a algún trastorno del sistema inmunitario, a factores hereditarios o al efecto de alguna sustancia química. De entre estas, la teoría más plausible parece ser el origen autoinmune por algún tipo de alteración genética. 

El estrés, traumatismos y quemaduras solares podrían ser factores precipitantes de la aparición de estas máculas en sujetos predispuestos. Del mismo modo, se ha vinculado con anemia perniciosa, enfermedades de la tiroides, diabetes o la enfermedad de Addison.

Diagnosticar el vitíligo

El diagnóstico suele poder establecerse mediante examen dermatológico de la piel del paciente. En ocasiones con lámpara de hendidura, que es un tipo de microscopio ocular con luz ultravioleta que resalta las áreas sin melanocitos.

También puede realizarse el hallazgo a través de una analítica de sangre con determinación de hormonas tiroideas o de vitamina B12. En otros casos se requerirá una biopsia cutánea para descartar otras enfermedades autoinmunes.

El vitíligo no tiene cura, sin embargo, el tratamiento ayuda a detener o a retrasar el proceso de pérdida de pigmentación, y puede conseguir que se recupere en parte el color de la piel. Es complicado llegar a saber cómo va a progresar esta enfermedad cutánea. Hay veces en que las máculas dejan de aparecer espontáneamente, aunque lo habitual es que las manchas blancas se extiendan progresivamente por la mayor parte del cuerpo. Las personas con vitíligo presentan mayor riesgo de problemas oculares y pérdida auditiva, al tiempo que deben protegerse contra las quemaduras solares, que en su caso pueden adquirir gravedad y conducir a males mayores en el futuro, como la aparición de melanomas. 

Las personas con vitíligo deben adoptar especial cuidado frente a las quemaduras solares. Es muy recomendable la aplicación de fotoprotectores, ya que las lesiones en la piel pueden adquirir gravedad y conducir a males mayores en el futuro, como la aparición de melanomas.

Tipos de tratamiento

Una de las opciones más extendidas es el uso de corticosteroides potentes para áreas limitadas. Debe evitarse la aplicación continuada de este tipo de tratamiento.

En el caso de máculas de mayor tamaño y más extendidas, generalmente se emplea con éxito la fotoquimioterapia, que combina la administración de psoralenos (P) y exposición a rayos UVA (PUVA). Se denomina PUVA a la interacción de sustancias fotoactivas, como el psoraleno, con radiación ultravioleta de gran longitud de onda (UVA). Se suelen requerir de 2 a 3 sesiones por semana durante entre 6 y 18 meses. La mitad de los pacientes tratados de este modo consiguen la repigmentación de la piel.

Otra terapia combinada en máculas de extensión moderada es la aplicación tópica de kellina, una furocromona natural, junto con una exposición solar controlada en tiempo. Asimismo, se pueden administrar aminoácidos como la fenilalanina, por vía oral o tópica, junto con exposición solar. Y también se han obtenido buenos resultados con calcipotriol por vía tópica, también utilizado en el tratamiento de la psoriasis, e inhibidores de la calcineurina.

En los casos de vitíligo muy extendido en los que, además, no han funcionado las terapias combinadas de tipo PUVA, se puede proceder a despigmentar la piel usando cremas blanqueadoras. De este modo, se puede homogeneizar el color, aunque hay que considerar que es irreversible y puede producir algunos efectos secundarios como dermatitis, picazón o enrojecimiento en las áreas tratadas. Con el mismo objetivo de despigmentar la piel sana para obtener una coloración uniforme de la piel, se emplea hidroquinona tópica a concentraciones elevadas.

Más recientemente, han aparecido tratamientos quirúrgicos de gran eficacia, pero solo aplicables en casos en que el vitíligo se manifiesta estable, inactivo y ya no se extiende. En estos procedimientos se trasplantan melanocitos activos del propio paciente a las partes afectadas, con excelentes resultados.

Y hay soluciones mucho más sencillas, como el uso de autobronceadores o maquillaje, que pueden ser igualmente eficaces para muchas personas. Aún tenemos mucho que aprender de esta afección, que por otra parte no reviste gravedad, aunque hay quienes la padecen deben tomar ciertas precauciones, particularmente en caso de exposición solar.