¿Qué es el melasma?
Se trata de un desorden en la piel caracterizado por manchas irregulares que van desde tonos marronáceos claros a marrones más oscuros. No causa ninguna picazón, escozor ni está vinculado al origen de ningún cáncer. Se trata de una patología benigna que no causa ningún daño, pero sí puede hacer mella en la confianza e incluso requerir ayuda psicológica en algunos casos.
Suele detectarse más en mujeres que en hombres y está causado por un amplio abanico de factores, tales como la predisposición genética, radiación ultravioleta, embarazos, consumo de drogas y factores hormonales que pueden deberse a un problema tiroideo o al consumo de anticonceptivos orales.
¿Cuántos tipos de melasma hay?
Existen tres tipos de melasma:
- 1) Melasma epidérmico, implica que la hiperpigmentación se encuentra en la capa mas superficial de la piel.
- 2) Melasma dérmico, donde la pigmentación alcanza una capa más profunda de la piel llamada dermis.
- 3) Melasma mixto, se trata de una combinación de los dos anteriores, y afecta tanto a la epidermis como a la dermis. Esta forma de melasma es la más común.
¿Dónde suele localizarse?
Se manifiesta principalmente en la cara de forma simétrica alrededor de la frente, la zona mandibular y puede llegar a expandirse por el cuello.
Todavía no se conocen completamente las causas por las que aparece este desorden, pero sí se ha observado que aquellas personas con piel más oscura tienden a padecerlo más que las personas con piel clara.
¿Cuáles son los factores principales causantes del melasma?
Predisposición genética
La mayoría de las personas que presentan melasma tienen antecedentes familiares, ya que los genes que sintetizan las hormonas implicadas en la formación del melasma son transmitidos de generación en generación.
Tomar el sol
El melasma suele desarrollarse principalmente en verano, debido a que los conocidos rayos UVA aumentan la actividad de las células encargadas de controlar la producción del pigmento que da color a nuestra piel. Estas células reciben el nombre de melanocitos.
Embarazo
Los casos en los que se observa melasma en embarazadas reciben el nombre de «cloasma gravídico» o «máscara gestacional». Durante el embarazo se sufren cambios hormonales muy fuertes, entre ellos el estrógeno y la progesterona que aumentan a partir de la octava semana. Aunque el melasma se observe en un gran porcentaje de embarazadas (50 a 70 %) a partir de la segunda mitad de la gestación (que coincide con el aumento de ambas hormonas), suele desaparecer por sí solo tras el parto, aunque en algunas ocasiones puede persistir y necesitará de tratamiento médico.
Anticonceptivos
Como se ha comentado, los cambios hormonales pueden causar el melasma, sobre todo cambios en los niveles de estrógenos y progesterona. Los anticonceptivos presentan formas variadas de estas hormonas, por lo que pueden generar la aparición del melasma como efecto secundario. También se debe tener en cuenta que algunos componentes de los anticonceptivos son fotosensibles, susceptibles de generar la hiperpigmentación al interaccionar con los rayos UVA.
Prevención
Para prevenir el melasma es importante frenar los efectos que lo desencadenan. Uno de los principales desencadenantes de esta patología es la exposición a rayos UVA, por lo que se recomienda usar cremas solares con un factor de protección alto.
También se recomienda el uso de complementos como gafas de sol o sombreros y gorras.
No usar productos estéticos que irritan la piel, como ciertos maquillajes cuyos componentes químicos son fotosensibles.
¿Cómo se trata el melasma?
El uso de despigmentantes que actúan disminuyendo la actividad de los melanocitos. Existen varios tipos, como la hidroquinona, que ha demostrado ser la más eficaz, tretinoína, ácido azelaico, retinoles, adapaleno o ácido ascórbico.
Los tratamientos láser generan la disminución de los melanocitos y, por ende, del pigmento que generan. También se puede usar la luz pulsada para aquellos cuyo melasma no sea solo superficial, sino que tenga profundidad.
Los exfoliantes químicos son otra opción para el tratamiento de melasma, pero su uso es exclusivo para personas con piel pálida, ya que en aquellas con piel más oscura puede producir un «efecto rebote» y llegar incluso a aumentar las manchas tras el tratamiento debido a la irritación en la piel.
Ante la menor duda, y debido a que hay manchas que podrían ser cancerígenas y pasar desapercibidas a quien no es dermatólogo, la máxima recomendación es someter la mancha al criterio del profesional médico.