Dermoblog
Los diferentes tipos de piel y cómo cuidarlos
¿Qué tipos de piel hay?
Hace un siglo Helena Rubinstein clasificó los tipos de piel en cuatro categorías atendiendo a distintas características como la apertura de poros, la cantidad de secreción de sebo o la tirantez.
Se describen:
- Normal: Se trata de una piel equilibrada que no es demasiado grasa ni seca.
- Seca: Son pieles que producen menos grasa, lo que requiere que deban hidratarse con más frecuencia. Este tipo de piel se suele ver tirante y áspera.
- Grasa: Al contrario que la piel seca, este tipo de piel secreta más grasa, generando brillo en la piel y, normalmente, poros visibles.
- Mixta: Como indica su nombre, se trata de una piel que presenta características de piel seca y grasa. Se destaca principalmente el tipo graso en la "zona T", correspondiente a la frente, nariz y mentón.
¿Qué tipo de piel tengo?
Existen características típicas que podemos usar para comparar y determinar nuestro tipo de piel. A pesar de esto, siempre es recomendable acudir al dermatólogo para contar con la visión de un experto. En Dermoclinic tenemos años de experiencia en el diagnóstico y cuidado de la piel. Las principales características para identificar el tipo de piel son:
- Normal: Poros finos, una correcta circulación sanguínea, suave y lisa, sin impurezas. No es propensa a la sensibilidad. Con la edad, este tipo de piel suele convertirse en seca.
- Seca: La piel se percibe tirante y frágil, sin elasticidad. Si es demasiado seca, puede presentar descamación leve y posible picor.
- Grasa: La principal característica es la presencia de poros grandes y visibles. Además, tiene brillo debido a la grasa y suele existir acné, frecuentemente en la "zona T".
- Mixta: Presenta una "zona T" grasa, con poros grandes también en esa zona y algunas impurezas. Las mejillas suelen ser entre normales y secas.
¿Qué factores pueden condicionar los tipos de piel?
Existe un componente genético que predispone nuestro tipo de piel, pero también hay otros factores ambientales que influyen:
- Seca: Tiende a estar poco hidratada, ya que pierde la humedad constantemente a través de la transpiración; apenas presenta lípidos que actúen como barrera ante la pérdida de agua. Esto se acentúa si existe un factor de estrés. Existen distintos grados de sequedad en la piel, seca y muy seca, que pueden presentarse de manera generalizada en el cuerpo, y extremadamente seca, que suele presentarse en las plantas de los pies o en las manos.
- Grasa: El motivo principal es un cambio hormonal o un factor genético, pero también influyen ciertos medicamentos, el estrés o el uso de cosméticos no recomendados para este tipo de piel (los que no la dejen respirar y taponen los poros). También influye la mala alimentación, el clima y la sobrelimpieza, ya que la piel comprende que debe generar más grasa para mantener la piel hidratada.
- Mixta: Depende totalmente de la genética, ya que en la "zona T" se producirá un exceso de grasa por los lípidos, pero en las mejillas habrá un déficit de estos.
¿Cómo puedo cuidarme en función de mi tipo de piel?
- Hidratar la piel después de la limpieza.
- Usar mascarillas nocturnas para dar un extra de hidratación.
- Uso de cremas especiales para asegurar una alta hidratación.
- No debe aplicarse mucha agua caliente, ya que derrite la poca grasa que genera de manera natural.
- No se debe limpiar en exceso ni usar exfoliantes fuertes que dañen las glándulas que producen la grasa.
2. Para la piel grasa se recomienda:
- Mantener una rutina de limpieza.
- Hidratar la piel. Se piensa que debido a la piel grasa no hay que utilizar hidratantes, pero esto es erróneo. Se puede optar por el uso de cremas de textura ligera para no crear un exceso de ella.
- Uso de cremas específicas que actúen para regular la producción de grasa.
- Uso de exfoliantes no agresivos. Los de tipo scrub pueden generar el efecto contrario y aumentar la secreción de grasa.
3. Para la piel mixta se recomienda:
- Uso de un limpiador que no reseque la piel.
- Protectores solares y cremas en formato gel.
- No usar agua muy caliente o duchas prolongadas. ya que puede afectar a la zona seca de la piel.
- Prestar atención a las distintas necesidades, pues no se debe usar la misma crema para todas las partes.